La aparición de una enfermedad grave impacta en una serie de cambios no sólo en el paciente mismo, sino en su relación con su familia y personas cercanas. La enfermedad se refleja como una ruptura en el equilibrio y saca al paciente de su zona de “confort”; más aún, ante una enfermedad crónica o terminal se observa una sintomatología multifactorial, cambiante y resistencia a la aceptación del nuevo escenario.
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Introducción
La aparición de una enfermedad grave impacta en una serie de cambios no sólo en el paciente mismo, sino en su relación con su familia y personas cercanas. La enfermedad se refleja como una ruptura en el equilibrio y saca al paciente de su zona de “confort”; más aún, ante una enfermedad crónica o terminal se observa una sintomatología multifactorial, cambiante y resistencia a la aceptación del nuevo escenario. Durante décadas, las enfermeras se han dedicado no sólo a curar a los enfermos sino a cuidar todos aquellos factores relacionados con su enfermedad. Como proveedora de cuidados, la enfermera tiene como principal interés cubrir las necesidades del paciente en forma oportuna; para ello, las enfermeras dedicadas a la especialidad nefrológica debemos conocer todos y cada uno de los aspectos que implica el tratamiento de las enfermedades renales. En nuestras actividades diarias, nos hemos dado a la tarea de atesorar y difundir experiencia y conocimientos de utilidad para nuestros pacientes, esperando que con nuestros cuidados el paciente recupere la salud o mejore su calidad de vida. Para todas las enfermeras es importante que el paciente aprenda a quererse, cuidarse; debemos hacerle conciente que sólo él o ella puede y debe saber cómo hacerlo. El cuidado de los pacientes es el principal objetivo de la enfermería; por este motivo, se ha escrito este manual informativo sobre la Insuficiencia Renal Crónica (IRC), sus formas de control y alternativas de tratamiento; a continuación encontrará información de interés para el paciente, sus familiares y personas cercanas. El presente es un esfuerzo por complementar la valiosa labor de los médicos especialistas en nefrología, personal de trabajo social, grupos de pacientes y todas aquellas personas para las que como nosotras, el bienestar del paciente es lo más importante. Para comprender en su totalidad el mensaje de este manual hemos de iniciar por definir cómo son y cómo funcionan los riñones. EL APARATO URINARIO
El aparato urinario se forma de dos riñones, los cuales tienen forma de frijol, se encuentran localizados en la parte posterior de la cavidad abdominal, a cada lado de la columna vertebral y ligeramente protegidos por las últimas costillas, en el adulto miden entre 12 y 13 cm de largo, de 6 a 8 de ancho y 2.5 de espesor, son de color café oscuro y cada uno pesa de 120 a 160 grs.
El líquido filtrado por los riñones, llamado orina, sale del riñón por unos conductos llamados uréteres, mismos que desembocan en la vejiga y durante la micción (acción de orinar) la orina sale al exterior por un conducto llamado uretra.
La unidad funcional de los riñones es la nefrona, está compuesta por un ovillo de capilares sanguíneos llamado glomérulo que se continúa con un sistema de túbulos que según sus posiciones se denominan túbulo proximal, asa de Henle, túbulo distal y túbulo colector, esta última porción drena a la pelvis renal a través de los cálices. Las nefronas descansan sobre un tejido de sostén llamado intersticio; y ambos, junto con los vasos sanguíneos que irrigan a las nefronas, forman el parénquima renal. FUNCIONES DE LOS RIÑONES 1.- Función excretora y de reabsorción Los riñones eliminan por medio de la orina los productos de desecho provenientes del metabolismo o funcionamiento del cuerpo, dicho de otra forma, eliminan las sustancias tóxicas como la urea y la creatinina que el cuerpo ya no necesita. Cada uno de los riñones están formados aproximadamente por un millón de nefronas. Éstas funcionan como coladores o filtros que eliminan de la sangre las sustancias tóxicas o de desecho, reabsorben el agua y sales de acuerdo con las necesidades del cuerpo y concentran o diluyen la orina. 2.- Función reguladora del medio interno Los riñones regulan el equilibrio entre el sodio y el agua en el cuerpo y controlan la concentración de otras muchas sales como el potasio, calcio, fósforo y magnesio, entre otras; hacen que la orina sea más concentrada (tiene más color, porque tiene menos agua), o más diluida (tiene menos color, porque tiene más agua). También los riñones eliminan los productos ácidos (hidrogeniones) que se forman de la descomposición de los nutrientes, de esta forma controlan la acidez del organismo. 3.- Función endocrina El riñón fabrica una serie de hormonas con distintos cometidos. Distinguiremos tres funciones principales de las hormonas secretadas por el riñón: a.- Por medio de la renina, el riñón ayuda a controlar la presión arterial. b.- Los riñones secretan la eritropoyetina, hormona responsable de estimular la fabricación de glóbulos rojos, por lo que el descenso o ausencia de esta hormona, provoca inevitablemente anemia. c.- En el riñón es donde se activa la vitamina D, que permite la absorción de calcio y de fósforo en el intestino, elementos necesarios para la mineralización del hueso. El riñón tiene múltiples funciones e interrelaciones con órganos y sistemas, es por ello que cualquier alteración en los riñones puede afectar seriamente a todo el organismo. INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA (IRC) A la pérdida del funcionamiento de los riñones se le conoce como insuficiencia renal crónica, la cual puede ser progresiva y se hace más evidente cuando más de tres cuartas partes de su función se ha perdido. ¿POR QUÉ SE PIERDE LA FUNCIÓN DE LOS RIÑONES? Existen varias causas, aunque las más frecuentes son:
Existen otras causas, pero son menos frecuentes.
CONSECUENCIAS DE LA IRC Cuando los riñones pierden crónicamente sus funciones, en el cuerpo se presentan diferentes síntomas, cada uno relacionado con la función deteriorada. Al principio la enfermedad puede pasar desapercibida, tardíamente la enfermedad se caracteriza por cansancio, falta de apetito, aliento urémico (olor amoniacal), presencia de sabor a metal en la boca; sin embargo, conforme pasa el tiempo y la función renal se va perdiendo más, se presentan de forma progresiva alteraciones y otros síntomas: Alteraciones electrolíticas: Cada una de estas alteraciones se manifiesta de manera diferente. La Hipercalemia (aumento de los niveles de potasio en la sangre) por su parte puede causar, dependiendo de su severidad, alteraciones en el ritmo cardiaco. La hiperfosoforemia (niveles elevados de fósforo en la sangre) y la hipocalcemia (niveles disminuidos de calcio en la sangre) ocasionan fallas en la mineralización de los huesos y depósitos de calcio en las arterias. Alteración de la presión arterial: Aparece hipertensión arterial o se agrava en caso de ya existir, se encuentra en la mayoría de los pacientes con IRC, puede ser causa de la IRC o también puede resultar como consecuencia de la retención de sodio y líquidos observada en la enfermedad. Alteraciones en los niveles de glóbulos rojos: Un hallazgo frecuente en una IRC es la anemia. Su principal causa es la deficiencia en la producción de eritropoyetina (hormona sintetizada en el riñón y que promueve la formación de glóbulos rojos). A la anemia se asocian la dificultad para concentrarse mentalmente o falta de memoria, falta de energía para realizar actividades físicas, etc. Alteraciones digestivas: Se puede observar falta de apetito, náusea y vómitos; en ocasiones se producen gastritis o úlceras que pueden desencadenar hemorragias. Alteraciones de los huesos: La osteodistrofia renal es una consecuencia de la IRC, se manifiesta por dolor en los huesos, deformación de algunos huesos, fracturas y retraso del crecimiento en niños; esto se debe a la excesiva producción de hormona paratiroidea (hormona implicada en el metabolismo de los huesos), que provoca un aumento de la reabsorción de los huesos. Alteraciones de la piel: La piel se puede observar seca y de color pajizo, también puede presentarse comezón localizada o generalizada. Alteraciones de las hormonas sexuales: En el hombre se puede presentar impotencia y disminución en la producción de espermatozoides; en la mujer, la IRC provoca alteraciones en el ciclo menstrual y frecuentemente interrupción de su ciclo. ¿QUÉ TRATAMIENTOS EXISTEN PARA LA INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA? I. Medicamentos Cuando una persona es diagnosticada con IRC, es muy importante el proceso de control y adaptación de su organismo, el paciente debe seguir al pie de la letra las recomendaciones y prescripciones (recetas) de su médico, este es uno de los aspectos que más cuidado requiere y le han de ayudar a mantener una vida lo más normal posible y controlada por algún tiempo. El nefrólogo es la persona indicada para prescribir (recetar) los medicamentos de acuerdo con la función que aún mantienen sus riñónes, así como de la presencia de otras enfermedades. El médico prescribirá diferentes medicamentos, cada uno con un propósito específico y necesario: como el control de la hipertensión arterial, control de la diabetes, corrección de la anemia, control de la hipocalcemia, hiperfosfatemia e hipercalemia; así como suplementos vitamínicos, entre otros medicamentos. II. Dieta Todos sabemos la importancia de una alimentación adecuada para nuestra salud, cuando los riñones pierden su habilidad de filtración y excreción, los hábitos alimenticios se deben modificar, por lo que es importante que usted conozca la importancia de las sustancias que los alimentos contienen y que pueden agravar más su función renal y salud. Las de mayor interés son: agua, proteínas, hidratos de carbono o azúcares, lípidos o grasas, sodio, potasio y fósforo. Sin duda, el nutriólogo o dietista junto con el nefrólogo son los profesionales más indicados para orientarle y ayudarle a saber cuánto, cómo y qué comer de acuerdo con los alimentos que usted acostumbre. Sin embargo, nosotras las enfermeras, queremos darle un panorama que le adelante elementos de posibles preguntas. Macronutrientes Se llaman así porque el organismo los necesita en grandes cantidades; proteínas, grasas y carbohidratos o azúcares, calcio, fósforo, sodio, potasio, cloro y magnesio. Micronutrientes El organismo los necesita en pequeñas cantidades; vitaminas, hierro, zinc, yodo, flúor. ¿QUÉ NUTRIENTES DEBO CUIDAR A LA HORA DE PREPARAR MI DIETA? Sodio (sal de mesa): Su uso debe de ser restringido, recuerde que los riñones ya no lo elimina fácilmente, por lo que se acumula en el organismo ocasionando sed, retención de agua, aumento de la presión arterial y aparición de edema (acumulación de agua en los tejidos), insuficiencia cardiaca y edema pulmonar. Para evitar su consumo, evite la sal o sus sustitutos y en su lugar use especias como orégano, ajo, albahaca, tomillo, laurel, nuez moscada, pimienta y vinagre que le ayudan a acentuar el sabor de los alimentos. Potasio: Aunque es necesario para el funcionamiento del sistema nervioso y muscular, su exceso en el cuerpo se conoce como hipercalemia y conduce a alteraciones como calambres, debilidad muscular y fallas en el ritmo del corazón. Casi todos los alimentos contienen potasio, pero en algunos su concentración es muy alta como en los sustitutos de sal de mesa. Las fuentes principales de potasio son: frutas, verduras, frutos secos y legumbres. Para eliminar parte del potasio en los alimentos, debe de dejarlos remojar de 1 a 2 horas cambiando el agua de vez en cuando, cocínelos dos veces, desechando el agua en el que hierve; consuma como máximo dos frutas al día y evite plátanos, cítricos y tomate rojo crudo. Fósforo: Junto con el calcio es el principal componente de los huesos y dientes, se encuentra principalmente en lácteos (leches, yogures y quesos) así como en carne, pescado y huevo. Líquidos: El líquido que toma usted a lo largo del día procede principalmente de las bebidas (agua, leche, café, sopas, caldos) y de los alimentos que aparentemente son secos, pero tienen y adquieren agua al cocerlos. La cantidad de líquido permitido está relacionado con la cantidad diaria de orina producida, más 500 mL (que se eliminan en forma de sudor, con la respiración y con las heces fecales). Proteínas: Son el principal componente del organismo, sirven para construir y renovar las células y los tejidos que le dan forma a nuestros órganos y a nuestro cuerpo. La ingesta diaria recomendada va de 1.0 – 1.2 gramos por kilo de peso, que corresponde al 15 –20% de las calorías totales de la dieta; el 50% de las proteínas consumidas deben ser de alto valor biológico, o las que se encuentran en la carne, huevo, pescados y leche; el restante 50% (proteínas de bajo o mediano valor biológico) serán aportadas por las legumbres y cereales. En los pacientes con IRC se restringe la ingesta de los alimentos ricos en proteínas de 0.6 –0.8 gramos por kilogramo de peso por día, porque de ellos provienen muchas toxinas urémicas como la urea, creatinina, ácido úrico; etc. Carbohidratos o azúcares: Son la principal fuente de energía del organismo, se clasifican en:
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Grasas o lípidos: Son la principal reserva energética de nuestro cuerpo y proporcionan considerables cantidades de calorías. Los requerimientos diarios en pacientes con IRC son menos de 30% de las calorías que se deben ingerir. Las grasas que se encuentran en alimentos de origen animal son las menos recomendables, pues elevan los niveles de colesterol en sangre. Las grasas monoinsaturadas, como el aceite de oliva, no tienen efecto sobre los niveles de colesterol en sangre. Mientras que las grasas poliinsaturadas, que se encuentran en aceites vegetales y grasas de pescados, ayudan a disminuir los niveles de colesterol en la sangre. Por este motivo son las grasas recomendadas. Consejos para la preparación de los alimentos:
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III. TRATAMIENTO SUSTITUTIVO DE LA FUNCIÓN RENAL
Cuando la función de los riñones falla de forma importante (Insuficiencia Renal Crónica terminal), se considera un estado incompatible con la vida; sin embargo, ésta puede ser preservada con tratamiento sustitutivo. Este tratamiento puede realizarse con procedimientos como la diálisis, el transplante renal; e incluso ambos. La diálisis es la técnica mediante la cual se sustituye parte de las funciones que los riñones han perdido. Existen dos grandes variantes de este tratamiento: la diálisis peritoneal y la hemodiálisis.
DIÁLISIS PERITONEAL:
Es una de las opciones para el tratamiento de la Insuficiencia Renal Crónica. Utiliza el peritoneo, que es una membrana que reviste los órganos y la pared interna del abdomen, como filtro para limpiar el organismo. Para ello es necesario introducir en el abdomen un líquido que va a ayudar a sacar los productos que nuestro cuerpo ya no necesita y lo intoxican. Este líquido se tiene que cambiar en forma programada; con cada diálisis realizamos dos procesos simultáneos, limpiar el organismo de toxinas, sales en exceso, etc. Para llevar a cabo esta diálisis se debe implantar un catéter (tubo) en la cavidad abdominal, colocándolo por medio de una pequeña intervención quirúrgica. Parte de este catéter permanece fuera del abdomen y de esta forma puede conectarse a las bolsas de solución limpiadora, cerrándose después con un tapón. El catéter puede ocultarse fácilmente bajo la ropa. La diálisis peritoneal se debe realizar varias veces al día y no precisa de centros hospitalarios, pudiéndose realizar en casa. La forma en que se produce la limpieza del organismo se basa en los principios físico-químicos de difusión y ósmosis. Durante la diálisis peritoneal se introduce en el abdomen (peritoneo) un líquido que se mantendrá un cierto número de horas. Al sacar el líquido del abdomen, se arrastran las impurezas del cuerpo. La diálisis peritoneal tiene diversas alternativas, dependiendo de las necesidades o requerimientos de cada paciente. DIÁLISIS PERITONEAL INTERMITENTE (D.P.I.) Este tratamiento se realiza primordialmente en unidades de atención médica por personal especializado (Enfermeras) a pacientes con problemas agudos o con problemas de atención familiar y que no pueden dializarse ellos mismos. Se hacen recambios frecuentes (entrada y salida de líquido de diálisis en el abdomen) ; cada hora o menos, durante 24 a 36 horas. DIÁLISIS PERITONEAL AUTOMATIZADA (D.P.A.) Se dializa con ayuda de máquinas cicladoras. Se puede realizar en una unidad médica o en casa, esta última de preferencia nocturna. Su ventaja principal radica en que libera al paciente y familiar durante el día para realizar sus actividades laborales y/o cotidianas. Las cicladoras utilizadas en unidades de atención son manejadas por personal de enfermería, se requiere de hospitalización programando la diálisis en forma aguda durante un día completo, una o dos veces por semana. LA DIÁLISIS PERITONEAL CONTINUA AMBULATORIA (D.P.C.A.) Constituye la modalidad de diálisis peritoneal más utilizada, el tratamiento dialítico se realiza de manera manual y se describe como continua debido a que la cavidad abdominal permanece llena de líquido en todo momento, y es ambulatoria porque se realiza en el domicilio del paciente. Generalmente, el volumen de intercambio es de 2 litros y la concentración de glucosa dependerá del estado de función de la membrana peritoneal y del tipo requerido de ultrafiltración del paciente. El líquido infundido en la cavidad del paciente permanece por aproximadamente 4 a 6 horas en los intercambios diurnos, y aproximadamente 8 a 10 horas en el intercambio nocturno. Las bolsas de diálisis se encuentran en diferentes concentraciones en cuanto al contenido de glucosa que es la encargada de proporcionar la osmolaridad. De esta forma, las concentraciones de glucosa son las siguientes:
Todos los sistemas de diálisis peritoneal comprenden para su aplicación y uso los siguientes pasos:
El catéter es el implemento tubular hueco que se coloca dentro de la cavidad abdominal, a través del cual es administrada la solución y a la vez sirve para retirar el líquido de dializado. Para la instalación del catéter en la cavidad abdominal existen diferentes técnicas: Técnica quirúrgica que implica una pequeña cirugía abdominal, Técnica peritoneoscópica que utiliza la visión a través de endoscopios, se realiza con una pequeña incisión y la recuperación del paciente es más rápida; y La técnica percutánea que se puede realizar en la cama del paciente, es un método que en manos experimentadas proporciona una vía rápida con un mínimo de complicaciones; es el método más utilizado en la actualidad. Cuidado del catéter a) Durante las primeras semanas Cubrir con vendaje y gasa al inicio Evitar movimientos en el orificio de salida Secar bien la zona después de bañarse No nadar b) Cuidados posteriores No torcer el catéter No jalar el catéter Aseo de la salida: usar jabón, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), antiséptico no irritante Seguir el método aséptico c) Recomendaciones generales: Examen frecuente Aseo diario o alterno Inmovilización del catéter para evitar trauma Recomendaciones para recordar:
HEMODIÁLISIS Es un procedimiento altamente especializado -realizado solamente en unidades de atención médica- que ayuda a compensar la pérdida de la función renal en los pacientes con IRC. Cuando el paciente es crónico, el tratamiento se realiza dos o tres veces por semana, durante 3 a 4 horas por sesión. Con este tratamiento, la sangre se purifica pasándola a través de una membrana artificial (semipermeable) llamada dializador o filtro. El intercambio se lleva a cabo en forma permanente mientras se hace la diálisis entre los dos compartimientos; el sanguíneo y el del dializado (líquido de diálisis). Componentes necesarios para la hemodiálisis: a. Máquina para hemodiálisis o riñón artificial, se compone de una máquina y un dializador que funcionan para que la sangre circule fuera del cuerpo hacia un circuito de tuberías, o extracorpóreo. La máquina de hemodiálisis permite introducir hacia el dializador el líquido dialítico a una dilución especial, y desecharlo una vez cumplido su cometido, que es extraer los productos que se encuentran en exceso en la sangre a través de la membrana semipermeable. b. El dializador tiene dos compartimientos internos, en el primero corre la sangre del enfermo, y en la parte externa el líquido de diálisis. c. Circuito extracorpóreo: permite realizar una circulación externa para llevar la sangre hacia el filtro o dializador y luego regresarla al cuerpo ya purificada.
d. Fístula arteriovenosa: para realizar la hemodiálisis es importante contar con un acceso vascular que nos facilite la salida y regreso de la sangre. Esto se logra con una pequeña intervención quirúrgica, bajo anestesia local. En ella se une una arteria con una vena cercana, formando un puente de unión para el paso de la sangre.
La fístula debe dejarse madurar durante 3 a 4 meses, realizando ejercicios de acuerdo con el lugar de su instalación, las fístulas más comunes se realizan a la altura de la muñeca, o en el pliegue del codo, el médico es quien examina el mejor lugar para realizarla. e. Catéter de hemodiálisis, cuando no existe una fístula arteriovenosa, o mientras el paciente espera la creación de la fístula, se puede colocar un tubito de doble vía en un vaso sanguíneo (yugular subclavio) para sacar e introducir la sangre y hacer el papel de fístula. Cuidado de la fístula recién creada: La enfermera le va a indicar qué tipo de ejercicio debe realizar de acuerdo con el lugar en donde se realizó su fístula. El ejercicio puede ser con pelotas suaves, ligas de resistencia, pinzas de presión suave, tocando instrumentos de cuerdas. Ejercicio de mano y brazos. Vigilar la presencia de signos de infección o sangrados. Buscar la presencia del sonido llamado “trill”, palpando suavemente el sitio de la cirugía. En el que debe sentir claramente el paso de la sangre, que imita un ronroneo de gato o riachuelo en forma pausada. Cuidar la sensibilidad de la piel y lubricarla. Cuidados posteriores
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TRASPLANTE RENAL Para los pacientes que padecen Insuficiencia Renal Crónica Terminal y/o que se encuentran bajo tratamiento de diálisis, el trasplante de riñón significa el restablecimiento de la función renal y el regreso a la normalidad de muchas de las alteraciones clínicas y funciones que han sido alteradas. Consiste en la extracción de un riñón de un individuo sano o de una persona a la que se le haya diagnosticado muerte cerebral, aunque tambien puede ser tomado de un donador cadavérico; y su implantación en fosa iliaca derecha o izquierda del paciente con Insuficiencia Renal Crónica Terminal.
Para el éxito de esta cirugía, la persona receptora debe mantenerse bien controlada en su terapia de mantenimiento generalmente en diálisis, actualizada en sus controles clínicos, conciente de los beneficios y riesgos a los que se va a enfrentar. La confianza y el diálogo con el personal médico y de enfermería pueden ayudar a resolver las dudas del paciente y su familia.
Para que un transplante renal sea exitoso, debe existir una buena compatibilidad de tejidos entre el donador y el receptor, de este modo se evita el rechazo del riñón injertado. Los cuidados en el hospital refrendan un éxito mayor cuando usted sigue los consejos e indicaciones, refiera siempre sus dudas y malestares. Cuidados en casa
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