En los animales jóvenes la carencia de esta vitamina altera el crecimiento y en los adultos causa queratinización de los epitelios. A consecuencia de este fenómeno disminuye la secreción de las glándulas sudoríparas y sebáceas de la piel y de las glándulas lagrimales. La piel se torna áspera. La disminución de la secreción lagrimal y la queratinización de las células epiteliales de la córnea, producen una inflamación corneal y de las conjuntivas, cuadro conocido con el nombre de xeroftalmia y que puede producir ceguera por opacidad de la córnea.
La hipovitaminosis A produce en corto tiempo en el hombre, ceguera nocturna (hemeralopía), debido a que esta vitamina es el precursor del retineno, pigmento de los bastones de la retina, cuya función es facilitar la visión cuando la iluminación es escasa.
Por su estructura química, la vitamina A es un caroteno. Su mecanismo de acción es desconocido.
Los vegetales de hojas verdes (lechuga, espinaca, acelga), el tomate, la zanahoria, etc., la contienen en cantidades elevadas. En menor cantidad está presente en el hígado. Los productos lácteos son también ricos en vitamina A.
El requerimiento diario de un adulto es alrededor de 3.000 unidades internacionales (1 unidad internacional = 0.334 mg de acetato de vitamina A). Esta cantidad está contenida en unos 200 g de verdura.
Vitamina D o vitamina antirraquítica
Su carencia causa él raquitismo. Pertenece estructuralmente a los esteroles, la mayoría de los cuales tiene efecto antirraquítico. La vitamina natural o vitamina Da, es el colecalciferol que se produce bajo el efecto de la luz solar a partir del. colesterol. La irradiación del ergosterol, otro de los esteroles, lo convierte en ergocalciferol o vitamina D2, una vitamina antirraquítica sintética. El mecanismo de acción de los calciferoles no es bien conocido. Se supone que facilitan la absorción intestinal del Ca' +, contribuyendo en esta forma a la mantención de la constancia del nivel de este ion en la sangre y, por lo tanto, a la calcificación de los huesos.
La fuente natural de vitamina D es el ergosterol de la piel (derivado del colesterol), que bajo el efecto de la luz solar se convierte en vitamina D3. La yema de huevo y los productos lácteos son ricos en vitamina D.
Como la conversión del ergosterol cutáneo en vitamina D es continua, es difícil decir cuál es la dosis mínima requerida para evitar raquitismo. Por la misma razón, el suministro de vitamina D está indicado solamente en regiones en que, a causa de la frecuente nubosidad, la luz solar es escasa. Una dosis diaria de 4.000 unidades internacionales (1 g vitamina D=40.000 UT), es más que suficiente para proteger a los niños contra el raquitismo. La ingestión excesiva de vitamina D entraña ciertos peligros, a causa de que eleva el nivel del Ca en la sangre, calcio que secundariamente sedeposita en los tejidos, especialmente en los riñones.
Vitamina E
Esta vitamina ejerce cierto efecto sobre los procesos de la reproducción. Su acción en el ser humano no es muy manifiesta. Su carencia produce en las hembras alteraciones en el ciclo menstrual y en los machos atrofia testicular y esterilidad permanente.
Estructuralmente pertenece a los tocoferoles, abundantes en los aceites vegetales y en los huevos. La alimentación normal suministra vitamina E en cantidades más que suficientes.
Vitamina K
Es una vitamina que juega un papel importante en la coagulación sanguínea. Su déficit causa hemorragias, principalmente en los niños. De acuerdo con su estructura es una naftoquinona que se sintetiza en el intestino por acción de su flora bacteriana.
Sustancias de estructura similar, como, por ejemplo, el dicumarol, compiten con las naftoquinonas, tienen, por lo tanto, efecto antivitamínico K y retardan la formación del coágulo, prolongando las hemorragias.
Su mecanismo de acción es desconocido. Se cree que interviene en la formación de la protrombina en el hígado. Su absorción intestinal requiere la presencia de sales biliares, de manera que las hemorragias no siempre se deben a insuficiente ingestión de la vitamina, sino son causadas a veces por su insuficiente absorción, debida a la falta de sales biliares en el intestino.
La alcachofa, coliflor, espinaca y otras verduras son ricas en vitamina K. La dieta normal la contiene en suficiente cantidad, de modo que el suministro adicional se requiere sólo excepcionalmente y de preferencia como medida profiláctica en niños recién nacidos.
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