viernes, 6 de mayo de 2011

Alimentación en el Paciente con Cáncer


El cáncer no es una enfermedad aislada y solitaria, sino que cada vez se conoce más sobre ella, lo que incide en mejores tratamientos y mayor esperanza para quienes la padecen. Pese a la variedad de características que presenta, los diferentes órganos del cuerpo donde se manifiesta y los diversos tratamientos que requiere según el caso, hay que procurar siempre que el paciente tenga la mejor calidad de vida posible mientras lucha contra la enfermedad. Para contribuir a ello, un factor indispensable es ofrecer una variada y adecuada nutrición.

Cáncer y Antioxidantes
Nuestro cuerpo libera, de forma natural, radicales libres a consecuencia de múltiples funciones, sin embargo, a la vez, estos radicales libres se convierten en nuestros enemigos cuando exceden la capacidad que el cuerpo tiene de manejarlos. Es entonces que los antioxidantes (aliados nuestros) juegan su papel más importante, combatiendo los efectos nocivos que los primeros ocasionan, entre ellos incrementar el riesgo de aparición de algunos tipos de cáncer. Algunos antioxidantes bien conocidos son la vitamina A, la vitamina E y la vitamina C, entre otros, que se pueden obtener consumiendo adecuadas cantidades de frutas y vegetales, así como algunos alimentos fortificados con ellos.

Cáncer y Consumo de Fibra
Muchos estudios epidemiológicos han encontrado una importante relación entre las dietas ricas en fibra dietética y la prevención de algunos tipos de cáncer, como el de colon. Se ha encontrado que la fibra mejora la velocidad de tránsito intestinal, por lo que las paredes del colon se ven menos expuestas a ciertas substancias que pueden favorecer la aparición del mismo (American Journal of Medicine, 1999 y European Journal of Cancer Prevention, 1997). Nuevamente se hace referencia a las frutas y vegetales como dos grandes grupos alimenticios fuentes de fibra dietética, así como también, los son los alimentos integrales: afrecho, salvado de avena, avena integral, pan 100% integral, etc.

Consecuencias Generales del Cáncer
Una vez que el cáncer se ha desarrollado, sus consecuencias dependen de su ubicación, la severidad y el tratamiento requerido. Por ejemplo, el cáncer de lengua tiene diferentes consecuencias e implicaciones para el paciente, que el cáncer de piel. La efectividad del tratamiento médico y la intervención nutricional dependen de que ambos se realicen en etapas tempranas de la enfermedad, junto con la condición de salud en general, de la persona afectada.
La pérdida del apetito y del peso, la disminución de masa muscular y proteínas en sangre y la debilidad generalizada, tipifican el síndrome de desgaste del cáncer, que ocurre muy frecuentemente en los pacientes. La anorexia involuntaria es una gran contribuyente del síndrome de desgaste del cáncer y es ocasionada por varios factores como fatiga, nauseas y vómitos recurrentes, dolor, estrés, obstrucciones en algunas áreas, depresión, falta de apoyo familiar, etc. Si el cáncer aparece en el sistema gastrointestinal, puede ocurrir malabsorción de gran cantidad de nutrientes, complicando todavía más el cuadro.

Intervención nutricional y recomendaciones a familiares y pacientes
Los tratamientos médicos actuales para el cáncer -quimioterapia, radioterapia, cirugía o sus combinaciones- son de las mejores estrategias con que se cuenta. Sin embargo, en muchos casos, afectan de alguna manera el estado nutricional del paciente. La oportuna intervención del Nutricionista, contribuye a que esto se minimice, tanto en el equipo interdisciplinario que maneje el caso, como brindando educación nutricional a familiares y pacientes, para el hogar o centro de salud.
A continuación se citan algunos de los problemas nutricionales más frecuentes y las estrategias para combatirlos:
1. Falta de apetito:
  • Ingerir pequeñas comidas a lo largo del día, incluyendo meriendas
  • Consumir la mayor cantidad de comida del día cuando el estado mejore
  • Incluir ocasionalmente fórmulas enterales (consultar a su Nutricionista)
  • Ofrecer al paciente sus alimentos favoritos frecuentemente
  • Ingerir líquidos y sólidos por aparte
  • Servir las comidas de manera atractiva
2. Cambios en el sabor de los alimentos
  • Añadir salsas o aderezos ligeros a las preparaciones
  • Evitar los productos enlatados
  • Usar huevos, lácteos , pollo o pescado en lugar de carne de res
  • Combine las comidas con hierbas o especias diferentes
  • No utilice condimentos artificiales o salsas muy condimentadas
3. Nauseas y vómitos recurrentes:

  • Apenas se levante, ingerir una tostada, una galletas tipo cracker, un par de pretzels, luego, a los 30 minutos desayune.
  • Ingerir líquidos y sólidos por aparte
  • Consumir caldos desgrasados, jugos naturales, gelatinas o agua de arroz, para mantenerse hidratado
  • Evitar comer 2 horas antes del tratamiento de quimioterapia
  • Fraccionar las comidas en el día e ingerir en pequeñas cantidades
  • Evitar las comidas muy condimentadas o muy grasosas
4. Problemas de masticación y deglución:
  • Modificar la consistencia de las comidas a papillas o purés
  • Incluir alimentos ricos en calorías en las comidas: mantequilla de maní, helados, jugos o néctares, frutas en almíbar hechas papilla, compotas, gelatina, etc
  • Utilizar una pajilla (popote) para ingerir los líquidos
  • Mezclar los líquidos y sólidos en las comidas
5. Boca seca:
  • Incluir salsas, sopas, cremas y refrescos con las comidas
  • Chupar hielo y confites agridulces con frecuencia
  • Lavar los dientes con frecuencia para evitar desarrollo de bacterias
  • Procurar ingerir 8 vasos con agua al día (mantener una botella con este líquido cerca)
Es importante garantizar que el paciente ingiera, hasta donde le sea posible, alimentos de todos los grupos existentes:
Harinas Arroz, pastas, avena, tortillas, papas, yuca, camote, frijoles, garbanzos, etc
Frutas Manzana, naranjas, banano, uvas, piña, mango, sandía, etc
Vegetales Tomate, lechuga, repollo, zanahoria, brócoli, coliflor, pepino, etc
Carnes y demás Pollo, pescado, res, mariscos y huevos
Lácteos Leche, quesos, yogurt
Grasas Aceites, margarina, mantequilla, natilla,
nueces y semillas
Azúcares (con moderación) Golosinas, postres, helados, pasteles, repostería, etc
Entre mejor preparado esté su organismo para luchar, mejor ganará la batalla.

1 comentario:

  1. que horrible esta enfermedad..... muchas gracias por publicar esta informacion la andaba buscando ya que la requeria..

    me gusto mucho tu blog
    saludos

    mariana

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Lcda. en Enfermería. Msc.Gerencia de Salud Pública. Diplomatura en: Docencia, Metodología e Investigación, Nefrología y Salud Ocupacional. Actualmente Bacherlor y Master en Ciencias Gerenciales.