La función más importante de las hormonas consiste en la mantención de la constancia del medio interno. Esto se obtiene a través de mecanismos de autorregulación (véase Teoría de Control) del tipo de retroalimentación (leed back) positivo o negativo, en que la función regulada modifica en forma retrógrada la secreción del factor regulador.
En el sistema endocrino el tipo más simple de retroalimentación es aquel en que la función regulada inhibe (retroalimentación negativa) directamente la secreción de la hormona reguladora. Tales son, por ejemplo, los casos de la relación funcional insulina - glucemia , glucagón - glucemia, hormona paratiroidea - calcemia, tirocalcetonina - calcemia.
En la figura 90 se presenta esquemáticamente el mecanismo de autorregulación negativa insulina D glucemia. La insulina estimula la entrada de glucosa desde el espacio extracelular al interior de la célula, lo que produce una disminución de la concentración de glucosa en el espacio intersticial y ulteriormente en la sangre. La disminución del nivel glucémico, a su vez, inhibe la secreción de insulina. Puede observarse que el aumento del nivel glucémico, producido por la ingestión de alimentos, estimula las células ß de los islotes de Langerhans en el páncreas e induce la secreción de insulina, que disminuye el nivel de la glucosa en la sangre. El mecanismo recién descrito entra así periódicamente en acción.
Fig. 90. Regulación de la secreción de insulina por retroalimentación negativa a través de la función regulada.
Otra modalidad, más compleja, de autorregulación negativa se efectúa con participación del sistema hipotálamo-hipofisiario, como sucede con la glándula tiroides, la corteza adrenal y las gónadas. En estos casos, la secreción de la hormona está regulada mediante hormonas llamadas trofinas (tirotrofina, corticotrofina, gonadotrofina), provenientes de la hipófisis anterior, las cuales estimulan la secreción de las respectivas glándulas. En el hipotálamo existen, a su vez, grupos neuronales (núcleos) que secretan polipéptidos llamados liberadores o releasing factors (RF), los cuales al llegar al lóbulo anterior de la , hipófisis, estimulan la secreción de las respectivas trofinas. Las trofinas hipofisiarias estimulan sus glándulas efectoras y elevan el nivel sanguíneo de las hormonas correspondientes. El incremento de éstas, actúa, a su vez, sobre el sistema hipotálamo-hipófisis, inhibiendo la secreción de los factores liberadores y consecuentemente la de las trofinas.Otros estímulos pueden activar la secreción de algunas hormonas. Por ejemplo, el frío aumenta la secreción de las hormonas tiroideas y el stress la del cortisol. Estos estímulos actúan a través del sistema nervioso central sobre el hipotálamo, induciendo el aumento de la secreción del respectivo factor liberador.
La figura 91 esquematiza un ejemplo de autorregulación de la secreción de cortisol a través del sistema hipotálamo-hipofisiario.
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