REGULACION DE LA INGESTION DE AGUA

La regulación de la ingestión de agua, al igual que la de alimentos, es de suma importancia. Su ingestión y eliminación están íntimamente relacionadas con la conservación de la constancia del medio interno y de la isoosmosis. Su ingestión está regulada esencialmente por la sensación de sed. En condiciones fisiológicas la cantidad de agua ingerida es prácticamente igual a la eliminada. La ingestión cuantitativa de agua depende de la calidad de los alimentos ingeridos y está regulada por un centro nervioso ubicado bilateralmente en la región hipotalámica. La estimulación eléctrica de este centro o su irrigación con una solución salina hipertónica, aumenta la sensación de sed y el deseo de ingerir agua. Su lesión o destrucción hace desaparecer este deseo, pudiendo los animales de experimentación morir de sed, aunque dispongan de este elemento. No se conocen las vías aferentes al centro, si bien es sabido que la sequedad de la mucosa bucal y faríngea produce una sensación intensa de sed. Otro factor de importancia es la variación de la presión osmótica del líquido intersticial. Su aumento hace pasar agua de la célula al espacio extracelular, lo que disminuye su cantidad en la célula y causaría la sensación imperiosa de ingerir agua. Sin embargo, ninguno de los hechos mencionados explica satisfactoriamente el mecanismo que induce la ingestión de agua. Así, por ejemplo, la pérdida de sangre genera en forma inmediata la sensación de sed. Esta sensación aparece a pesar de que la hipovolemia producida por hemorragia es isotónica y no afecta, inicialmente, ni el volumen ni la osmolaridad del líquido intracelular. En condiciones fisiológicas la ingestión y eliminación de agua y el equilibrio entre ambos procesos no dependen exclusivamente de la actividad de los centros hipotalámicos recién mencionados. Están influidos en forma importante por. otros factores, entre los cuales cabe señalar la acción de algunas hormonas (hormona antidiurética, hormonas secretadas por los riñones, etc.).