Como se ha dicho anteriormente, el componente más importante de los líquidos corporales es el agua, que desempeña funciones esenciales para mantener de la actividad normal del organismo. Los cambios de su distribución hacen posible la conservación de la constancia de la concentración de solutos del medio interno, propia de cada uno de los distintos compartimientos del cuerpo.
La composición del líquido intersticial es prácticamente igual en todo el organismo. Lo mismo puede decirse de la sangre arterial de los diversos territorios vasculares. Por el contrario, el líquido intracelular presenta variaciones de un órgano a otro, de acuerdo con la función y actividad celular. El plasma sanguíneo contiene más proteínas que los otros líquidos extracelulares. La composición exacta del líquido intracelular es difícil, por no decir imposible, de determinar.
Como hemos dicho anteriormente, el líquido corporal está distribuido en las células y en el espacio extracelular. El líquido extracelular, a su vez, se encuentra en parte en los vasos sanguíneos (líquido intravascular) y en parte en los espacios intracelulares (líquido intersticial). Forma parte de este último la linfa. En resumen, el líquido extracelular está formado por la sangre, el líquido intersticial y la linfa, a los cuales se agregan el líquido cefalorraquídeo y muy pequeña cantidad de líquido que se encuentra en las articulaciones. En condicionas patológicas puede producirse una acumulación de líquido intersticial, originándose edema, exudados y transudados.
El volumen del líquido extracelular se mantiene constante gracias al intercambio de líquido a nivel capilar, regulado, corno se verá más adelante, por la relación entre las presiones osmótica e hidrostática intravascular e intersticial.
En resumen: el intercambio de líquido entre espacio extra e intravascular se debe a las diferencias entre presión hidrostática y coloidoosmótica en la parte arterial y venosa del capilar. Tanto la velocidad de filtración como la de retorno del líquido filtrado, es directamente proporcional a dicha diferencia. Por consiguiente, tanto el aumento de la presión hidrostática, como la disminución de la coloidoosmótica incrementan el volumen del líquido intersticial y facilitan la formación de edema.
Diversas investigaciones han revelado que las proteínas plasmáticas cuyo tamaño molecular es inferior al diámetro de los poros de la pared capilar, pasan a través de ésta al líquido intersticial. En realidad, en el líquido intersticial están presentes casi todas las fracciones proteicas del plasma, pero en una concentración inversamente proporcional a su tamaño molecular.
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