El Na+ es transportado hacia el espacio intersticial de la médula renal a través de la pared de la rama ascendente del asa de Henle (que es imperable al agua) por un mecanismo activo desconocido. La electroneutralidad se mantiene porque el ion Cl- sigue al Na+ . El liquido Intersticial se torna, así, hiperosmótico con respecto al líquido intratubular. Consecutivamente sale agua (a través de la pared) de la rama ascendente del Asa de Henle hacia le intersticio y aumenta la osmolaridad del filtrado a medida que avanza por Asa. Debido a esto se establece una gradiente osmótica en dirección de la papila renal y el líquido intratubular en la corteza esta más diluido que en las regiones más profundas, cercanas a la médula (fig.64).
La diferencia de osmolaridad entre el liquido intratubular y el del intersticio es insignificante cualquiera sea el nivel en que se analice. En otras palabras, la presión osmótica intersticial se modifica paralelamente con la intratubular. Por el contrario, la diferencia es considerable si se compara el líquido del túbulo proximal (isosmótico respecto al plasma) con el del asa de Henle (marcadamente hiperosmótico). La osmolaridad del líquido en los túbulos proximal y distal es muy semejante, pero en el túbulo distal es ligeramente hipoosmótico.
El intersticio en la médula (próxima a la papila) es altamente hiperosmótica ( osmolaridad 3-4 veces superior a la de la médula cercana a la corteza renal ) En la conservación de esta hiperosmolaridad participan los vasos rectos (vasa recta), que funcionan como otro de los elementos del sistema de contracorriente. En efecto, a medida que la sangre fluye hacia la
profundidad de la médula, capta Na+ y Cl- y entrega H20 al intersticio, por diferencia de osmolaridad, haciéndose así progresivamente hiperosmótica. Pero al retornar el vaso recto hacia la capa externa de la corteza, la sangre recorre un tejido renal cuyo líquido intersticial es pobre en solutos, por lo cual pierde Na+ y Cl- hacia el intersticio y absorbe agua, disminuyendo gradualmente su osmolaridad.
A través de los procesos recién analizados, el líquido en el túbulo distal no sólo no se ha concentrado, sino que se ha hecho ligeramente hipoosmótico. La concentración del líquido intratubular requiere la presencia de la hormona antidiurética (ADH) la cual hace permeable para el H20 las paredes del túbulo distal y del túbulo colector. A este nivel pasa agua del líquido intratubular al intersticio hasta que ambos se hacen isoosmóticos al final del túbulo distal, para tornarse progresivamente hiperosmóticos en el túbulo colector hasta alcanzar un máximo a nivel de la papila renal. Como resultado final de esta cadena procesal iniciada por la ultrafiltración glomerular, se ha formado la orina, cuya cantidad, en relación con el volumen de ultrafiltrado glomerular, es escasa, pero cuya concentración es considerablemente mayor (Fig. 65).
Es importante notar que el exceso de agua en el compartimiento extracelular, inhibe la secreción de ADH. Debido a esto se elimina una
orina abundante, pobre en solutos, o sea, diluida. Contribuye a este efecto el hecho de que, a pesar que en los túbulos distal y colector disminuye la reabsorción de H2O, por la acción de la aldosterona, se mantiene la reabsorción de Na+, con la consiguiente reducción de los solutos (ver Corteza Suprarrenal).
No hay comentarios:
Publicar un comentario