martes, 26 de abril de 2011

LA SANGRE.

La sangre desempeña un papel de particular importancia en la mantención de la constancia del medio interno, debido a que representa una vía de comunicación entre éste y el mundo exterior. Las células vacían los productos de desecho, los catabolitos, a la sangre y de ella obtienen las sustancias alimenticias indispensables para su actividad, para su metabolismo energético. La sangre es también un medio de transporte para los productos de la secreción de las glándulas 




 endocrinas (hormonas) y para el oxígeno absorbido a nivel de los pulmones. La sangre forma parte .del sistema de comunicación humoral, en el cual ocupa una posición clave. Al desempeñar estas funciones vitales, la sangre actúa en realidad como un tampón, ya que impide que las sustancias ingeridas y absorbidas impacten directamente sobre el medio interno. En la figura 11 se esquematizan las funcionas más importantes de la sangre.
Sólo para fines didácticos se dice que la sangre está compuesta de dos partes: una líquida, denominada plasma, y otra, representada por los llamados elementos figurados.
La sangra, al salir de los vasos, cambia rápidamente su estado físico, convirtiéndose, mediante el proceso de coagulación, en una masa sólida de color rojo. Esta masa rojiza se retrae rápidamente y expulsa un líquido de color amarillo: el suero. La materia restante es denominada placenta sanguínea. El suero, a diferencia del plasma, por carecer de fibrina, proteína indispensable para la coagulación, no se coagula.
El plasma es un factor importante en el metabolismo del agua y de las sustancias en ella disueltas. Las sustancias provenientes del medio externo, antes de llegar al espacio intersticial y entrar a las células, deban pasar forzosamente por la sangra. Los elementos figurados representan en realidad una parte extrapolada del conjunto celular del organismo. La relación porcentual entre estos elementos y el plasma (hematocrito) es de interés clínico. Su determinación se basa en que el peso específico de los elementos figurados es mayor que el del plasma, y se sedimentan en la sangre extraída y conservada líquida, formando una masa cubierta por el plasma. El proceso de sedimentación puede ser acelerado por la centrifugación, método utilizado en la clínica.
El valor del hematocrito normal es de 44% de elementos figurados y 50% de plasma. La casi totalidad de los elementos figurados está formada, por glóbulos rojos. Se dice, por lo tanto, sin cometer un error significativo, que en la sangre normal los glóbulos rojos ocupan el 44% del volumen. Esta cifra varía de acuerdo al órgano del cual proviene la sangre y de su calidad arterial o venosa. Se obtiene un promedio válido para la sangre total del organismo, multiplicando el porcentaje de glóbulos rojos de la muestra por el factor 0.9.
Otros métodos para medir el hematocrito en la sangre; son utilizando lóbulos rojos marcados con fierro radioactivo ( Fe59).
El hombre tiene, en condiciones normales, aproximadamente 78 ml de sangra por kg de peso, de los cuales 41ml corresponden al plasma y 37 ml a los elementos figurados. Un individuo de 7o kg tendría por consiguiente un volumen total de sangra, o sea, una volemia de aproximadamente 5.46o ml.
Los valoras indicados dependen del peso, edad, sexo, factores étnicos, etc. Las variaciones entra individuos de distinto peso, se reducen a un mínimo si la volemia se relaciona con la superficie corporal, o sea, se expresa en ml de sangra por m1 de superficie. Se ha encontrado que el volumen sanguíneo es de 3. 1 1 por m2 en el hombre y de 2 .9 en la mujer.
Es obvio que las variaciones de la volemia podrán deberse a cambios del volumen del plasma y/o de los elementos figurados. Por consiguiente, la disminución del volumen sanguíneo, la hipovolemia, puede ser el resultado tanto de la disminución proporcional de ambos componentes (hipovolemia normocítica), como asimismo del plasma y de los elementos figurados separadamente.
Puede darse también el caso de que la volemia se mantiene normal, pero el número de los elementos figurados está aumentado o disminuido. Se trata en estos casos de una normovolemia policitémica u oligocitémica (anemia), respectivamente, en las cuales las modificaciones del número de los elementos figurados están compensadas, hasta cierto límite, por variaciones del volumen plasmático. Las mismas variaciones existen en caso de hipovolemia (oligohemia). En resumen: tanto en la hiper como en la hipovolemia, la relación entre plasma y elementos figurados puede ser normal, disminuida o elevada. Los cambios del volumen plasmático pueden compensar las variaciones de la volemia causadas por alteraciones del hematocrito. Las variaciones del volumen sanguíneo están esquemáticamente representadas en la figura12.
La volemia puede cambiar tanto por razones fisiológicas (disminuye en posición erecta y en ambiente frío), como patológicas (deshidratación, hemorragias, ingestión exagerada de sal, etc.).
La medición del volumen de líquido extracelular es de importancia en la clínica y se realiza mediante sustancias que pasan libremente por la pared capilar pero no así por la membrana celular, o sea, son incapaces de penetrar en la célula. La inyección intravenosa de cantidades conocidas de tales sustancias (especialmente inulina) y la determinación posterior de su concentración en el plasma permite calcular el volumen del líquido extracelular, que es en un individuo normal 175 ml/kg de peso (I7,5% del peso corporal).
En los recién nacidos este valor puede llegar hasta 27,5%. A su vez el volumen del líquido intersticial, que es igual al volumen del líquido extracelular menos el del plasma, es aproximadamente de 130 ml/kg de peso (I3% del peso corporal).

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Lcda. en Enfermería. Msc.Gerencia de Salud Pública. Diplomatura en: Docencia, Metodología e Investigación, Nefrología y Salud Ocupacional. Actualmente Bacherlor y Master en Ciencias Gerenciales.