RUIDOS CARDIACOS

El registro de los fenómenos que se producen durante el ciclo cardíaco proporciona información de gran importancia sobre la actividad del corazón. Entre estos fenómenos son de particular interés los ruidos cardíacos, que se deben a las vibraciones de las válvulas y/o de la musculatura cardíaca, transmitidas a la pared torácica, en la cual pueden ser auscultadas o registradas gráficamente. Se auscultan normalmente dos ruidos, denominados 1° y 2° : el 1^er ruido se debe a las vibraciones producidas por el cierre de las válvulas aurículo-ventriculares y/o a las vibraciones de la pared ventricular durante su período de contracción isométrica; el 2° ruido es producido por el cierre de las válvulas aórticas y pulmonares. La auscultación de los ruidos cardiacos es un procedimiento ampliamente usado en la clínica.
La auscultación permite normalmente percibir sólo los dos ruidos recién descritos. Mediante procedimientos especiales de registro (fonocardiografía) es posible detectar otros: a) el ruido auricular, causado por la vibración de las paredes auriculares durante el sístole auricular; b) el 3^er ruido producido por la distensión de las paredes ventriculares al iniciarse el llene ventricular. En condiciones patológicas estos dos ruidos pueden ser percibidos por simple auscultación. Las alteraciones del I" o 2° ruido se deben generalmente a lesiones de los velos valvulares y constituyen los llamados soplos. Los soplos pueden aparecer durante el sístole o diástole ventricular y son denominados soplos sistólicos o diastólicos, respectivamente. Su intensidad depende del lugar de auscultación. Son más intensos en aquellas áreas de la caja torácica que corresponden a la proyección de la válvula. De acuerdo con dicha proyección, los soplos pueden ser aórticos, mitrales, tricuspídeos, pulmonares y cada uno de ellos, a su vez, sistólico o diastólico.