MECANISMO DEL LLENE VENTRICULAR

El llene de los ventrículos está condicionado fundamentalmente por la diferencia de presiones entre las grandes venas (cavas, pulmonares) y los respectivos ventrículos. Como hemos visto, éstos forman durante el diástole una cavidad común con las aurículas correspondientes. Cabe señalar que el aflujo de sangre a la aurícula derecha está facilitado por diversos mecanismos. Así durante el sístole ventricular, el surco aurículo-ventricular y los velos valvulares en él insertos, se desplazan caudalmente. Aumenta, en esta forma, el volumen de la aurícula, lo cual ejerce un efecto aspirador sobre la sangre acumulada en las grandes venas.
Existen otros factores que facilitan el aflujo de sangre al corazón. Entre ellos es importante mencionar la presión negativa intratorácica que, al hacerse más negativa en la inspiración, dilata las grandes venas y las aurículas (los ventrículos, debido al mayor grosor de sus paredes, no son afectados). Esto produce un efecto de succión que facilita la entrada de sangre a las aurículas.
La presión arterial disminuye a medida que la sangre se aleja del corazón. Esta disminución se hace más evidente en el territorio arteriolar, lo que explica la baja presión predominante en los capilares. En la porción venosa del capilar existe todavía, sin embargo, cierta presión, denominada presión residual, que representa una fuerza que empuja la sangre hacia el corazón. Esta fuerza, denominada vis a tergo, disminuye a medida que la sangre se acerca al corazón.