A la hora de empezar a preparar un examen oral es necesario recopilar toda la información relativa al modo en el que se desarrollará el examen. Hay que saber si consistirá en responder preguntas formuladas por el profesor o maestro o si se trata de exponer un tema relativo a algo sin ningún tipo de preguntas. También será de mucha ayuda conocer el tiempo del que se dispondrá y la composición del tribunal examinador, en el caso de que la evaluación del examen recaiga en más de un profesor. La clave para aprobar un examen oral, igual que uno escrito, reside en estudiar. La diferencia consiste en que se deben reforzar determinadas técnicas de estudio para que la prueba sea evaluada de forma positivita:
Esquemas y Resumen: son muy útiles para preparar una prueba oral. Permiten al estudiante tener una visión organizada de los temas y establecer el guión para la exposición. En su elaboración, se debe diferenciar lo que es de mayor o menos importancia. Ayudará a que los aspectos más interesantes sean siempre mencionados y no queden fuera por falta de tiempo, dando así menos importancia a los otros.
Repaso: es fundamental repasar de nuevo el temario antes de realizar la prueba. El repaso eficaz se hace en voz alta y, si es posible, delante de otra persona, para que así sea lo más parecido al día del examen oral.
Memorizar: mientras que en un examen escrito es fundamental la memorización, en una prueba oral hay que prescindir de ella para retener los contenidos, aunque se debe usar para recordar los esquemas.
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