martes, 12 de abril de 2011

Efecto Placebo en Alergia y Asma


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En Japón, a unas personas alérgicas a una hiedra venenosa se les frotó un brazo con la planta diciendo que era inocua y el otro brazo con una hiedra inofensiva asegurando que era venenosa. Los 13 pacientes tuvieron sarpullidos en el brazo frotado con la planta inofensiva y sólo dos presentaron reacciones a la hiedra venenosa.Lejos de replantearse su actitud hacia el enfermo, los partidarios de la medicina oficialista encuentran en estos resultados una confirmación sobre sus acusaciones a la medicina natural o alternativa de beneficiarse del efecto placebo. Sin embargo, los estudios realizados con Acupuntura, Homeopatía y plantas medicinales, entre otros, han demostrado que no es así, por lo menos no más que con los tratamientos farmacológicos.
La alergia y el asma son dos de las enfermedades cuya evolución está más vinculada a los factores psicológicos que afloran con el placebo. Un experimento con niños asmáticos comprobó que si se les hacía oler vainilla al mismo tiempo que se les administraba un bronco dilatador, al retirarles el fármaco la vainilla conseguía los mismos resultados que el fármaco en uno de cada tres casos.Las alergias son un ejemplo claro de enfermedad debido a factores etiológicos de distinto tipo. En la alergia, un antígeno produce una reacción del sistema inmune, que también se ve alterado por las emociones. Los dos factores influyen aunque no sabemos en qué medida lo hace uno u otro. Lo mismo ocurre, cuando nos sale una pupa. Los virus que la provocan están ahí, los tenemos todos, pero las emociones negativas debilitan las defensas y posibilitan el desarrollo del virus. Emociones como el estrés y la ansiedad deprimen nuestro sistema inmunitario, al igual que la depresión. Un reciente estudio de la Universidad de Ohio ha revelado que las personas deprimidas están expuestas a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y, en el caso de los hombres, incrementa el riesgo de muerte por cualquier enfermedad. Por el contrario, la confianza en el tratamiento aumenta las perspectivas de curación. Un trabajo de la Universidad de Texas realizó un curioso experimento con pacientes con rodillas inflamadas y dolorosas. Los médicos anestesiaban a los pacientes, les realizaban tres pequeños cortes y fingían que operaban. Dos años después, aquellos que habían sido sometidos a una cirugía falsa sentían el mismo alivio del dolor y la hinchazón que los que realmente habían sido operados.

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Lcda. en Enfermería. Msc.Gerencia de Salud Pública. Diplomatura en: Docencia, Metodología e Investigación, Nefrología y Salud Ocupacional. Actualmente Bacherlor y Master en Ciencias Gerenciales.