La menarquía es el término con el que los médicos se refieren a la primera vez que la mujer experimenta la menstruación. Este primer episodio de hemorragia vaginal menstrual se da en la pubertad, puede aparecer entre los 12 y 15 años y constituye un cambio fundamental en la vida de toda mujer, ya que el desarrollo del cuerpo está indicando que la mujer está entrando en su fase de fecundidad.
La llegada del primer periodo causa muchas inquietudes por parte de las adolescentes, que la mayoría de las veces tienen miedo de no saber lo que constituye el ciclo menstrual y como los cambios hormonales la afectan. Primero tenemos que decir que no hay una edad exacta a la que deba aparecer el periodo, pero se calcula que son 2 años después de que comiencen a desarrollarse los senos.
Aunque no le presten mucha atención, unos meses antes de que aparezca la primera regla la chica tendrá un aumento en el descenso de flujo vaginal transparente, esto no es motivo de preocupación siempre y cuando no venga acompañado de picazón o tenga un fuerte olor. También comenzará a experimentar cambios físicos como la aparición del vello púbico y en las axilas, comenzarán a ensancharse las caderas y por supuesto también serán notorios algunos cambios emocionales.
En este proceso el papel que juega la madre es trascendental, ya que será ella quien la guie en la resolución de conflictos y le ayude a resolver sus dudas. La menstruación como un asunto de mujeres es algo que debe ser tema de conversación en algún momento y la mejor forma para hacerlo es contando nuestra propia experiencia.
Debemos informar a nuestra hija que el cambio de su cuerpo es algo natural, pero que trae consigo muchas responsabilidades. No tiene que sentir vergüenza o miedo porque forma parte de su feminidad. Para los dolores y cólicos propios del síndrome premenstrual existen muchas pastillas, que previa receta médica, pueden aliviar los dolores por lo que no tiene que ser una experiencia traumática.
Lo más importante es reconocer que detrás de esa bella e inocente jovencita está naciendo una mujer, que deberá cuidar y amar su cuerpo como el valioso templo que es.
La menarquía es el término con el que los médicos se refieren a la primera vez que la mujer experimenta la menstruación. Este primer episodio de hemorragia vaginal menstrual se da en la pubertad, puede aparecer entre los 12 y 15 años y constituye un cambio fundamental en la vida de toda mujer, ya que el desarrollo del cuerpo está indicando que la mujer está entrando en su fase de fecundidad.
La llegada del primer periodo causa muchas inquietudes por parte de las adolescentes, que la mayoría de las veces tienen miedo de no saber lo que constituye el ciclo menstrual y como los cambios hormonales la afectan. Primero tenemos que decir que no hay una edad exacta a la que deba aparecer el periodo, pero se calcula que son 2 años después de que comiencen a desarrollarse los senos.
Aunque no le presten mucha atención, unos meses antes de que aparezca la primera regla la chica tendrá un aumento en el descenso de flujo vaginal transparente, esto no es motivo de preocupación siempre y cuando no venga acompañado de picazón o tenga un fuerte olor. También comenzará a experimentar cambios físicos como la aparición del vello púbico y en las axilas, comenzarán a ensancharse las caderas y por supuesto también serán notorios algunos cambios emocionales.
En este proceso el papel que juega la madre es trascendental, ya que será ella quien la guie en la resolución de conflictos y le ayude a resolver sus dudas. La menstruación como un asunto de mujeres es algo que debe ser tema de conversación en algún momento y la mejor forma para hacerlo es contando nuestra propia experiencia.
Debemos informar a nuestra hija que el cambio de su cuerpo es algo natural, pero que trae consigo muchas responsabilidades. No tiene que sentir vergüenza o miedo porque forma parte de su feminidad. Para los dolores y cólicos propios del síndrome premenstrual existen muchas pastillas, que previa receta médica, pueden aliviar los dolores por lo que no tiene que ser una experiencia traumática.
Lo más importante es reconocer que detrás de esa bella e inocente jovencita está naciendo una mujer, que deberá cuidar y amar su cuerpo como el valioso templo que es.
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