La exposición a la música a más de 100 decibelios puede acarrear problemas auditivos a largo plazo. Según un estudio, entre un 20 y un 30% de jóvenes en nuestro país sufren algún tipo de problema auditivo y muchos han sido los músicos que han tenido que apartarse de los escenarios e incluso abandonar su carrera musical.
Los largos períodos de exposición a la música durante ensayos y actuaciones, ubica a los músicos en situación de riesgo de pérdida de audición, hipoacusia inducida por música, siendo factores decisivos el nivel de presión sonora, el tiempo de exposición y la susceptibilidad individual, debiendo contemplarse también el espectro frecuencial del ruido y las propiedades transmisoras del sonido en el oído.
Aunque no solo los músicos están expuestos a este tipo de problemas, el alto volumen de los reproductores de música también provoca un fuerte incremento del número de jóvenes con problemas auditivos. Una conversación normal se desarrolla a 60 decibelios. A partir de 85 decibelios se entra en zona de riesgo auditivo. Escuchar música a más de 100 decibelios durante 15 minutos ya causa, según un estudio de Clinic, problemas auditivos a entre un 20 y un 30% de jóvenes. En nuestro país, la Encuesta Nacional de Salud contabiliza un millón de afectados de sordera y de ellos, 35.000 tienen entre 15 y 24 años. Con el volumen emitido por los nuevos reproductores de música mp3 e iPod, la nueva tecnología de audio de las salas de cine y las salas de ocio nocturno los jóvenes se arriesgan a quedarse sordos 30 años antes que la generación de sus padres.
La pérdida de audición inducida por ruido no es un proceso abrupto sino que se produce gradualmente, manifestando el deterioro del umbral auditivo a través de escotomas que dependen del grado de compromiso de la pérdida auditiva.
Músicos con problemas
El músico británico Phil Collins ha anunciado en marzo de 2011, que deja la música por los persistentes problemas de salud que le impiden continuar cantando y componiendo. El batería y cantante de Genesis ha señalado que las más de tres décadas tocando la batería le han producido varios problemas médicos, una vértebra dislocada, daños nerviosos y pérdida auditiva a causa de la exposición a la música a altos volúmenes.
Los años al frente de The Police también han pasado factura a los oídos de Swing. El mal, conocido como tinnitus, se traduce en un zumbido permanente en los oídos que suele originar trastornos del sueño y hasta episodios de ansiedad.
A Lars Ulrico, batería de Metallica, los decibelios le han provocado un zumbido permanente en el oído. En una banda de rock, el peor parado a causa de los decibelios es el batería, seguido del guitarra eléctrica y el bajista. Los daños se explican por la posición sobre el escenario, la frecuencia del sonido y por el volumen y duración de los ensayos.
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