El diagnóstico puede darse en los primeros meses, según la complejidad del cuadro clínico que el niño presente, pues existen ciertas características que pueden detectarse a temprana edad.
Regularmente, un autista no mira a los ojos, no se calma con la voz de la madre, llora mucho, se irrita con facilidad y tiende a rechazar el contacto físico. Se describen como niños muy irritables, con poca capacidad de calmarse.
Características y terapias
Su causa no ha sido aún identificada, pero “se dice que es multicausal”. Se han identificado dos tipos de autistas: los que nacen así y los regresivos, que son niños con un desarrollo normal, que a determinada edad dejan de hablar, de comer ciertos alimentos y no gozan de la compañía de la madre. Esta “enfermedad” se encuentra clasificada dentro de los trastornos del desarrollo. Se dice que los niños van perdiendo el contacto social pues tienen una gama de destrezas no desarrolladas”.
Su causa no ha sido aún identificada, pero “se dice que es multicausal”. Se han identificado dos tipos de autistas: los que nacen así y los regresivos, que son niños con un desarrollo normal, que a determinada edad dejan de hablar, de comer ciertos alimentos y no gozan de la compañía de la madre. Esta “enfermedad” se encuentra clasificada dentro de los trastornos del desarrollo. Se dice que los niños van perdiendo el contacto social pues tienen una gama de destrezas no desarrolladas”.
La terapia debe ser completa. Generalmente, los programas empiezan en la casa, al implementar un sistema de enseñanza acorde a las necesidades del niño. Lo importante es estructurar el cuadro, ya que existen diferentes tipos de terapias. Previo a la terapia se determina un perfil y se trabajan las áreas más afectadas.
Entre las anteriores, se trabaja primero, la modificación conductual, debido a que generalmente estos niños tienen dificultad para controlarse a sí mismos y presentan ciertos manierismos o conductas repetitivas, tales como hablar solos o reírse solos, así como jugar con el mismo objeto varias veces, y ciertas características obsesivas, como un excesivo orden en sus cosas o bien organizar por colores sus objetos, por ejemplo. Segundo, se hace énfasis en la terapia de integración sensorial, siendo que presentan hipersensibilidad o, por el contrario, hiposensibilidad a ciertos ruidos y en ciertos sentidos.
Por ejemplo, un niño hiposensible al tacto presenta la necesidad de rozarse y tocar mucho a cosas o personas. Regularmente también se presentan otros problemas sensoriales, es decir, no tolerancia a determinados alimentos, texturas y sonidos.
Es importante destacar que el área más dominante de estos niños es la visual, y tienen un modelo cognoscitivo particular de aprender las cosas. Se les enseña a leer con el método global, no del modo fonético, por ejemplo.
Sin embargo, estos niños pueden integrarse a la sociedad de forma casi total, llevando una terapia adecuada, con lo que pueden llegar a funcionar casi completamente, puesto que su coeficiente intelectual tiende a ser elevado.
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